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Manifiesto por otro trabajo en el turismo

Labor Movens

2 de set. de 2023

Manifiesto por otro trabajo en el turismo

Nosotros, miembros del grupo de investigación, enseñanza y extensión Labor Movens: condiciones de trabajo en el turismo, reunidos en 2023 durante el 4º Seminario de Perspectivas Críticas sobre el Trabajo en el Turismo, realizado entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre de 2023 en el Centro de Excelencia en Turismo de la Universidad de Brasilia (CET/UnB), en vista de las cuestiones debatidas y estudiadas en los últimos años, hacemos una llamada pública la acción con las siguientes consideraciones: 


1 

  

El siglo XXI, especialmente durante la última década, ha levantado el velo que cubre las injusticias del modo de producción capitalista, mostrando los engranajes de un sistema económico basado en la extracción de plusvalía y el agotamiento de los recursos naturales para la apropiación de la riqueza por unos pocos. El sentimiento de revuelta y levantamiento social expresa la urgencia de un cambio antes de que se materialice el anunciado punto final del capitalismo. La barbarie se erige como una llamada a la acción, clamando por romper este destino que el actual modo de producción ha impuesto en nuestras vidas. Con el vigor del espíritu de la conciencia de pertenecer a una clase vilipendiada y subyugada, llamamos ahora a la acción efectiva. 

  

2 

  

La urgencia que enfrentamos no es la emergencia de un futuro aún incierto; por el contrario, es la urgencia de nuestro destino histórico como clase trabajadora. La mayoría de los trabajadores y trabajadoras del turismo vivimos en la informalidad, en relaciones laborales frágiles y en la incertidumbre de unos ingresos estables y duraderos. Trabajamos mucho, duro, enfermamos física y mentalmente en nombre de un ocio que a menudo se nos niega. Las dosis homeopáticas de las llamadas "buenas prácticas" no pueden ni deben ocultar la explotación ni distraernos de nuestro ineludible papel histórico.

 

Los diversos abusos de nuestra mano de obra, el acoso moral y sexual que sufrimos, la desigualdad flagrante de géneros, razas, etnias, orígenes, escolarización, la creciente plataformización del trabajo, la transformación obligatoria de los trabajadores y trabajadoras en empresariado de sí mismos, la externalización sin restricciones, el ataque directo a los sindicatos y a nuestros derechos a organizarnos libremente son síntomas de una enfermedad que no podemos seguir ignorando. 

 

3 

  

No aceptaremos más las migajas de decencia que se nos ofrecen a regañadientes. Debemos situarnos en el centro del debate. Ya no queremos solo palabrería y el eufemismo de las buenas palabras. Necesitamos repensar el trabajo para un mundo no capitalista. Un trabajo que nos libere, no que nos encarcele. Necesitamos empezar a construir un mundo postcapitalista, puesto que ya no es cuestión de "si" el capitalismo llegará a su fin, sino de "cuándo" lo hará.

 

La libertad y la calidad de vida, que hoy son palabras rutinarias para una pequeña parte de los trabajadores y las trabajadoras, las exigimos íntegramente para quienes trabajan en el turismo. El amplio mundo que se abre solo para unas pocas categorías, lo exigimos para toda la gente. El mundo capitalista hizo promesas que nunca quiso cumplir. Nos prometió libertad de elección. Se nos prometió la calma de una vida agradable, en la que el trabajo pesado sería hecho por la tecnología. Nos prometieron las artes, las ciencias y el ocio. Nuestra libertad no es libertad, es la prisión de las opciones que se nos crean e imponen. Es una libertad restringida al mundo de las mercancías.

 

No somos siervos sin cualificación ni calidad. No somos desechables, no somos ciudadanía de segunda clase que no tiene más remedio que servir a quienes disfrutan de los derechos que a nosotros se nos niegan. Somos personas. Somos dignos de disfrutar de todo lo que hemos construido. Queremos tiempo libre, tiempo de ocio. En el trabajo, queremos igualdad de oportunidades y de salario en función del género, la raza, la sexualidad, el origen y la edad. Queremos descanso entre horas de trabajo, descanso semanal remunerado, vacaciones pagadas. Queremos existir fuera de la informalidad. Queremos relaciones duraderas que garanticen nuestra plena participación social. Tenemos derechos y queremos ejercerlos.

     

4 

 

El Estado, tan presente en nuestras vidas y sin embargo tan desconocido, ¡nos lo debe! La burguesía, que impone su ideal del mundo en nuestras mentes, ¡nos lo debe! No se nos reconoce el derecho a participar efectivamente en el Estado. Pero tenemos lagunas que se pueden explotar, tenemos la fuerza de convertir pequeños puntos de paso en grandes túneles. Limpiamos habitaciones, servimos bebidas junto a piscinas, estamos en mostradores de recepción, pasamos días y días yendo y viniendo de playas, montañas, clubes, centros de alojamiento, salas de eventos, cargamos pesos, trabajamos de noche y sonreímos. Dirigimos grupos de personas, entretenemos a gente de todas las edades, vendemos productos que a menudo no podemos permitirnos, nos supervisamos, recopilamos estadísticas, construimos herramientas de gestión, enseñamos lo que sabemos a las nuevas generaciones, intentamos ser solidarios. Estamos alerta y disponibles 24 horas al día, 7 días a la semana. ¿Cuándo y cómo podremos disfrutar de todo lo que hemos construido? 

 

El Estado nos debe y nosotros exigimos participación y la construcción de nuestro propio mundo. Queremos políticas de empleo y renta construidas por nosotros y, realmente, para nosotros. Teniendo en cuenta la realidad de los trabajadores y las trabajadoras del turismo, condicionada por la estacionalidad, reclamamos una Renta Básica Universal, que garantice un mínimo de dignidad en un mundo regido por la mercantilización de las necesidades básicas. Queremos que se derogue la reforma laboral y se refuerce una legislación laboral que realmente nos proteja. Queremos inspecciones eficaces y contundentes que acaben con el trabajo esclavo e infantil. El fin de la superexplotación que los grandes dueños del capital nos imponen a través de la fuerza y de sus apps e interfaces coloristas y fáciles de usar. No somos mercancías.

 

5 

 

En el sistema capitalista, solo nos queda luchar, y por eso luchamos. No buscamos nada idealizado, algo que sucederá en un futuro aún incierto, sino cambiar la realidad concreta de nuestras vidas hoy. Somos la clase filosófica que, como señaló Marx, dejará por fin de interpretar el mundo para poner en marcha las transformaciones necesarias. Si el sistema capitalista nos trata como personas indignas, como meros consumidores, sirvientes, asistentes, y no nos queda más remedio que conformarnos con eso, ¡que caiga el sistema! Ya sea poco a poco, ya sea erosionándolo, debilitándolo, ya sea utilizando sus propias herramientas, ¡pero que caiga este sistema!

 

Así que aquí estamos llamando, no a un ideal, sino a una confrontación y a una posición muy clara y concreta. Seamos la clase crítica. No simplemente de una manera reformista que busque aliviar el sufrimiento. Es importante que la realidad empiece a cambiar y debemos actuar con el objetivo de mejoras inmediatas. ¡Seamos la clase crítica! Sin embargo, como Marx mostró, una vez más, la crítica no puede, por supuesto, sustituir a la lucha concreta; la fuerza material también debe ser sustituida por la fuerza material. Así, la teoría crítica que estamos construyendo aquí en este seminario también se convierte en fuerza material una vez que ha sido apropiada por el pueblo. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a la acción directa y concreta para el cambio en el trabajo turístico. Participemos en política. Hagamos política. En todos nuestros niveles de acción e influencia, transformemos la realidad.

  

  Brasilia, 2 de septiembre de 2023. 

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